Por Marco Polo Caloch Cruz

Hoy en día las empresas viven en repetitivas e interminables tareas de contabilidad en cuanto cumplimiento de las leyes en cuestión de pagos y obligaciones con respecto a las nóminas, además del trabajo de la gestión de recursos humanos. 

  
Todos conocemos al ábaco, un instrumento simple para realizar operaciones aritméticas básicas creado hace aproximadamente 5000 años que demostró su efectividad. De ello nos podemos imaginar a los romanos, chinos y otras civilizaciones hacer uso de este para apoyarse en sus tareas diarias y sus actividades laborales, algunos sobre tablas de arcilla, papiros, telas o pieles. Pero ¿se ha imaginado cómo trabajaron en los tiempos prehispánicos los habitantes de México? Existe un instrumento de nombre Nepohualtzintzin, descubierto recientemente a través de pinturas y grabados construido de materiales tan diversos como oro, jade y concha. Es un instrumento diseñado con 13 líneas horizontales representando las 13 articulaciones del hombre, y cada línea compuesta con 7 elementos divididos por una línea vertical. Imaginarnos trabajar hoy en día con tan suigéneris tecnología sería una locura. 

Afortunadamente los avances tecnológicos del último siglo nos han llevado al uso de la computadora, no sin antes pasar por diversas maquinas que han adaptado a su trabajo los profesionales del área contable. 

  
Apropiarse de la tecnología es un proceso lento que requiere de una mente abierta y de personas que rompan el esquema de trabajo y cambien esa rutina diaria, incluida la forma en como conceptualizamos nuestras actividades. También podemos esperar que aparezca alguien nuevo a decirnos como hacer algo de manera diferente o con pasos más sencillos, sin embargo, en la actualidad, debemos tener la competencia de aprender a aprender nuevas cosas, a descubrir, indagar y utilizar la habilidad innata de todo ser humano: la curiosidad. 

  
En la década de 1960 se conceptualizo la idea de la hoja de cálculo por Richard Mattessich. Pero fue hasta los 80’s que un estudiante Dan Bricklin, a partir de una experiencia propia con un profesor de universidad desarrollo el primer software de hoja de cálculo: Visicalc. 


Las aplicaciones de hojas de cálculo evolucionaron pasando por Lotus 1-2-3, en 1985 apareció la primera versión de Excel propiedad de Microsoft y en los noventa tuvimos a QPro. En años más recientes existen otras alternativas como son: Apache Open Office Calc, Kspread, Start office Calc, Libre Office Calc, PlanMaker y Corel Quattro Pro, además de alternativas en línea como Google Sheets y Microsoft 365. 

  
No obstante, algunas empresas ante necesidades más complejas buscan alternativas de mayor soporte, con opciones más robustas y automatizadas que libere a los equipos de contabilidad de las tareas rutinarias. Una opción a ello son los desarrollos hechos a la medida que se adapten a los cambios fiscales, económicos y/o sociales, además de permitir compartir información entre áreas, ser transversales dentro de la organización y dar respuesta inmediata a los requerimientos frecuentes. Con la aparición de la internet y la tecnología en la nube podemos acceder a la información en cualquier lugar desde una computadora portátil, tableta o un teléfono móvil, también a diferencia de años anteriores, hoy tenemos fuentes de almacenamiento de datos de mayor capacidad y procesamiento, y por qué no mencionarlo, de aplicaciones para ayudarnos con el stress laboral.  

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